A lo largo de las últimas décadas se ha desarrollado en las sociedades más industrializadas un culto de masas por conseguir dar a la piel un tono bronceado que erróneamente se ha identificado con la salud corporal, cuando las radiaciones solares tienen sobre la piel humana efectos tanto estimulantes como tóxicos. Por una parte, el bronceado aporta un sentimiento de juventud, que contribuye al equilibrio psíquico, en una vida agitada y marcada por el estrés. En contraposición, hay que saber que una piel bronceada es una piel estropeada.
Hoy en día está suficientemente demostrado que la persona que se esfuerza por estar bronceada todo el año, durante décadas, ya sea por exposición directa al sol o por radiaciones artificiales, verá que su piel se modifica por una sequedad importante, por anomalías de la pigmentación, por la aparición de arrugas, y a veces por la aparición de cánceres cutáneos diversos.
Evidentemente la mejor protección solar es la no exposición. No obstante, existen otros métodos no tan radicales que permiten seguir disfrutando de una vida natural al aire libre. Una correcta protección a través de productos solares puede asegurar una exposición solar sin riesgos. La noción de seguridad debe tener en cuenta no sólo la protección anti-eritemal, sino también la protección contra los efectos secundarios, no siempre bien entendidos. Top of page
FOTOTIPOS CUTANEOS
El color de la piel de cada individuo viene determinado genéticamente. Los diferentes tipos han podido divertirse en seis que abarcan la totalidad de los tonos cutáneos. Llamamos color constitutivo al de base sin exposición solar y color facultativo a la coloración cutánea que se adquiere tras la exposición solar.
Tipo I
Se encuentran aquellas personas de piel blanca que no pigmentan nunca, presentan eritema solar frente a mínimas exposiciones, con nula protección frente al sol. Características: pelo pelirrojo y ojos claros.
Tipo II
Pertenecen sujetos de piel clara, con una mínima capacidad de bronceado y por lo tanto de defensa frente a radiaciones solares. Características: pelo rubio y ojos claros
Tipo III
La piel se broncea con dificultad y presenta fácilmente eritemas solares. El color de la piel no expuesta es blanca y tras exposiciones repetidas adquiere un tono dorado. Características: pelo castaño y ojos claros.
Tipo IV
Se trata de personas de piel blanca o ligeramente pigmentada que presentan raramente eritemas solares. Se broncean con facilidad y tienen una buena protección frente a las radiaciones ultravioletas. Características: el pelo y los ojos son oscuros.
Tipo V
Son personas de piel oscura que suelen corresponder a razas amerindias o mestizos, excepcionalmente pueden presentar eritemas solares, se broncean con gran facilidad y rápidamente.
Tipo VI
Corresponde a personas de raza negra que nunca presentan eritema solar y poseen por tanto una total protección frente a las radiaciones solares Top of page
RADIACION SOLAR
La división del espectro solar se divide en tres grandes bandas: la luz visible, las radiaciones ultravioletas y las infrarrojas.
La luz blanca o visible representa un 40% de la radiación y corresponde a las longitudes de onda comprendidas entre 400nm. Y 800nm.
Se compone de los diferentes colores que forman el espectro del arco iris. La luz visible atraviesa la piel sin dañarla. Produce cierto grano de energía calorífica, pero no suele ser nociva para la piel. Las radiaciones infrarrojas
Son un 55% de la radiación solar total. Se caracterizan por tener longitudes de onda superiores a las 800 nm., atraviesan la epidermis y son absorbidas en la dermis. Su energía se transforma en calor ocasionando vasodilatación y eritema precoz que desaparece inmediatamente. Son los rayos responsables del llamado “golpe de calor”, siendo poco nocivos para las estructuras cutáneas. Las radiaciones ultravioletas
Se sitúan entre los 100 y los 400 nm., y representan únicamente alrededor del 5% del espectro solar total. Son las más importantes, influyendo decisivamente sobre el sistema pigmentaria, cáncer cutáneo, y el envejecimiento de la piel. Según las diferentes longitudes de onda se dividen en UVA, UVB y UVC. Ultravioleta A.- Son radiaciones que comprenden de los 320 a 400 nm. Presentando unas características diferenciales de gran importancia: son poco absorbidas por la atmósfera y alcanzan la superficie terrestre de un modo prácticamente constante a lo largo del día, especialmente por la tarde y en la estación invernal, siendo capaces de atravesar vidrios y las capas superficiales de la piel llegando a la dermis profunda. Se trata de una radiación con una energía 1000 veces inferior a su capacidad de producir eritema, por lo que en condiciones de exposición normal, raramente producirá eritema y en cambio, activa la melogénesis. Ultravioleta B.- Se denominan radiaciones ultravioletas B a las de longitudes de onda comprendidas entre 290 y 320 nm. Es la radiación característica propia de los efectos solares sobre la piel: eritema de mayor o menor intensidad que conlleva secundariamente a la pigmentación o bronceado. Su principal incidencia es durante la mañana (de 10 a 15 horas). Afecta a capas superficiales de la dermis y epidermis siendo la responsable del 90% de las quemaduras solares. Ultravioletas C.- Abarca las longitudes de onda entre 100 y los 290 nm. Es muy eritematógena y perjudicial para el ser vivo, afortunadamente se filtra casi totalmente por la capa atmosférica de ozono, de manera que es muy poco lo que normalmente nos afecta. Se absorben por el vidrio, son poco eritematógenas y pigmentógenas y su mejor cualidad radica en ser buenas bactericidas.
FACTORES QUE MODIFICAN LA RADIACION SOLAR Factores geofísicos
Las radiaciones solares que recibimos están influidas por varios factores: la latitud, la altitud sobre el nivel del mar, la inclinación del ángulo cenital, la temperatura, el viento y la polución atmosférica.
Otro factor importante que en ocasiones se olvida y puede producir quemaduras solares es el índice de reflexión. En ciertas ocasiones estamos rodeados de superficies que al ser reflejada la luz solar se ve potenciada la radiación solar que incide sobre nuestro cuerpo, pudiendo producir quemaduras solares. Los ejemplos más claros son las quemaduras solares en los esquiadores, la reflexión de los rayos ultravioleta sobre la nieve potencia hasta dos veces y aún más la acción solar directa, similares efectos se producen en el mar.
Es preciso comentar también los aspectos beneficiosos del sol: es fuente de energía, sobre nuestro cuerpo produce una sensación placentera de calor y bienestar. De ahí la masiva afluencia de habitantes de países nórdicos faltos de sol en busca de las playas mediterráneas. Además favorece la síntesis de vitamina D, controla los ritmos cardíacos y es utilizada con frecuencia como terapéutica en diversas enfermedades. Factores biológicos
Cada individuo posee un tipo de piel por lo que éste es un factor determinante. Según el fototipo la respuesta consistirá en una mayor o menor producción de melanina, lo que conlleva una distinta protección frente a las radiaciones.
Las radiaciones solares, al penetrar a través de la piel encuentran, para inducir el mismo eritema en una piel no protegida. La formulación definitiva de estas preparaciones condiciona la cantidad final del producto. Top of page
FACTOR DE PROTECCION SOLAR
Los filtros solares se presentan acompañados de una numeración en su etiqueta llamada factor de protección solar (FPS). Es el coeficiente de la relación existente entre el mínimo tiempo de aparición del eritema, dosis eritematógena mínima (DEM) en la piel protegida y en la piel sin protección.
FPS = DEM (con filtro) / DEM (sin filtro)
La actuación de un filtro solar siempre va encaminada a aumentar la dosis eritematógena mínima. Ello significa que la aplicación de un filtro permite un mayor tiempo de exposición solar sin la aparición del eritema. El cálculo de este FPS está sujeto a la multiplicidad de factores que se han de tener en cuenta para poder valorar la efectividad de un filtro en relación con otro.
Los parámetros a tener en cuenta son los siguientes:
La longitud de onda de la radiación emitida.
La intensidad de la exposición.
El tipo de piel sobre los que se efectúan los ensayos clínicos.
La persistencia del filtro sobre la piel.
La posibilidad de degradación del producto al contacto con la piel.
PROPIEDADES DE LOS FILTROS SOLARES Y CLASIFICACION
Considerando que la mayoría de los filtros solares utilizados son los denominados filtros químicos los requerimientos que se exigen a dichos productos son:
Absorber la luz UV en las zonas deseadas. Actualmente se debe especificar el espectro de absorción.
En general se acepta que debe ser máxima para los UVB, aunque existe la tendencia de cubrir también los ultra A.
No debe descomponerse en la piel, para evitar la pérdida de su eficacia y originar metabolitos tóxicos o irritantes.
No debe ser volátil, pero sí resistente al agua y sudor.
Poseer una buena extensibilidad y adhesividad a la piel, manteniendo una buena hidratación cutánea.
Tener características físico-químicas apropiadas para ser formulado como cosméticos: no manchar la ropa, no alterar el color de la piel, ser inodoro.
Atóxico, no irritante y no sensibilizante.
Ser estable durante su almacenamiento.
Substancias pantalla.- Son polvos opacos incorporados a las preparaciones antisolares con el fin de reflectar las radiaciones UV impidiendo así el paso de las radiaciones solares de la piel. Se trata del dióxido de titanio, óxido de zinc, de caolín o talco. Su mayor inconveniente es ser visible y su utilización se limita a un máximo de protección (labios, nariz). Las fórmulas modernas utilizan el óxido de titanio minimizado prácticamente invisible. Substancias filtrantes.- Dentro de este grupo se hallan las substancias capaces de absorber, reflejar y dispersar la luz. Las substancias filtrantes pertenecen a seis familias principales:
El ácido para-amino benzoico (PABA) y sus esteres absorben selectivamente los rayos UVB. Son ampliamente utilizados en los Estados Unidos, pero su posibilidad de producir alergias es responsable de su poco uso en Europa. Estos cuerpos penetran la capa córnea y por consiguiente resisten bien el baño.
Los cinamatos son filtros UVB eficaces, pero no penetran en el estrato córneo. Son eliminados más fácilmente por el agua y la transpiración, es la calidad del vehículo la que asegura su adherencia a la piel.
El alcanfor y sus derivados son muy estables y no se oxidan. Son excelentes filtros UVB.
Las benzofenonas son filtros UVB cuyo poder se extiende ampliamente a los UVA. Los UVA más largos no son absorbidos. Hay que precisar que protegen también contra los UVC, lo que ha hecho que su campo de aplicación se halla extendido a la protección anti UV en general.
El dibenzoil-metano es una sustancia filtrante cuya actividad máxima en los UVA a 360 nm. Muy a menudo está asociado a uno o dos productos pertenecientes a los grupos precedentes, para aportar una protección relativamente completa.
Finalmente se encontrarían diferentes filtros relativamente poco eficaces o utilizados. Se trata de los salicilatos con poco rendimiento en los UVB, los antranilatos que absorben débilmente los UVA y VB, los bencimidazoles selectivos para los UVB, del petróleo veterinario rojo muy eficaz pero inestético utilizado en los Estados Unidos y en los ejércitos del mundo entero.
Protección sistémico.- Durante mucho tiempo se ha intentado desarrollar agentes fotoprotectores sistémicos capaces de producir además de la melanina, un medio turbio en el cual se produce fenómenos de dispersión, reflexión, absorción y transmisión en función del grosor de las diversas capas epidérmicas y el estado de hidratación y de protección cutáneas. Así, en zonas corporales de gran espesor de la capa córnea es difícil físicamente la penetración de los rayos ultravioleta. Otro factor a tener en cuenta es el tipo de protección y cuidado que emplea cada persona en la exposición solar, por lo que la aplicación de filtros solares modificará los efectos de la radiación solar sobre la piel.
FILTROS SOLARES
Los filtros solares son substancias que se aplican directamente sobre la piel para paliar los efectos nocivos de las radiaciones. Los primeros filtros que se presentaron en el mercado estaban encaminados a permitir el bronceado evitando la quemadura previa, es decir permitían la acción de los rayos ultravioletas A e impedían la de los B. En la actualidad, se considera un filtro ideal aquel que es capaz de prevenir los primeros efectos del sol, asi como los tardíos (fotoenvejecimiento y fotocarcinogénesis).
Substancias químicas que absorben las radiaciones UV han sido incorporadas a diferentes tipos de preparaciones destinadas a cubrir la epidermis con el fin de protegerla de las agresiones solares. Estos agentes se encuentran en el mercado en diferentes presentaciones: leches, cremas, geles, aceites, sticks, y bases que recubren la piel. Estos ingredientes químicos aportan una protección para la absorción o la reflexión y la dispersión de las radiaciones. Es así como protegen la capa basal de la epidermis, y la dermis más profunda contra los efectos agudos y crónicos; previenen igualmente de las reacciones de fotosensibilidad y el desarrollo de varias fotodermatosis.
Caracterizamos cada preparación por un factor de protección solar (SPF, FP, IP) que es prácticamente adoptado universalmente. El factor de protección está definido por la relación entre la energía más baja de los rayos UVB necesario para producir un eritema mínimo a través de una película de productos solares extendidos sobre la piel y la cantidad de energía de igual fuente necesaria fotoprotección. Es así como se ha propuesto la utilización de los betacarotenos, los psoralenos, la cloroquina, etc.
Conviene ser prudente al hacer uso de estos medicamentos ya que no son de fácil manejo y deben ser indicados por facultativos.
TEMA DEDICADO A LA PROTECCION SOLAR- TEMA DEDICADO A LA PROTECCION SOLAR